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Basílica - Parroquia
Nuestra Señora de Atocha

Documento


II Domingo de Adviento B 2020

5 de diciembre de 2020

 

 Como está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío a mi mensajero delante de ti,
el cual preparará tu camino;
voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
enderezad sus senderos”»

Salmo responsorial:
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación

Comentario a la Palabra

El consuelo de Dios se dice al corazón humano

La primera lectura nos acerca al profeta Isaías. Todo comienza con un grito: ¡Consolad! Un grito que ha de hacerse en un modo determinado: hablando al corazón de lo humano. El tiempo de adviento ha de ser tiempo de consuelo para los desconsolados de la existencia. Y, claro está, el modo nunca será llenando el aire de palabras o la mente de sucedáneos: el consuelo llega desde las palabras de Verdad que tocan el corazón de la vida, el centro neurálgico que da sentido, fuerza y razón a nuestro caminar y a nuestra espera. Para el hebreo, el corazón es el órgano con el que se razona. ¡Cuánto podríamos ganar, si en ocasiones, razonáramos con el corazón y no solo con la mente invadida de intereses!

Aún hay más. En este consuelo de Dios, en este hablarnos al corazón, se nos dice algo: se ha cumplido el servicio, está pagado su crimen. La espera y la venida del Señor, su vida y el misterio de su muerte, son ya moneda de cambio que restaura la definitiva amistad del ser humano con Dios

Jesucristo, sutura del deseo de Dios y del hombre

El salmo lo proclamará con contundencia: La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra. Jesucristo es punto de sutura del deseo de Dios y del deseo del hombre. En Él, la misericordia, la justicia, la paz y la fidelidad aúnan los modos de ser y de relacionarnos para que el Reino se instaure y la salvación se abra hueco en el corazón humano.

Una voz grita: en el desierto preparadle un camino al Señor. No se trata de que haya una voz en el desierto que grite. Es un grito que nos invita a descubrir cómo en los desiertos de nuestras vidas podemos hallar el lugar propicio para preparar el camino del Señor, para tomar conciencia, vaciados de muchas cosas superfluas, de que la gloria habita en nuestro interior pues somos hijos en el Hijo de Dios. A partir de ese descubrimiento Isaías nos revela más de la identidad de Dios: Aquí está vuestro Dios. Un Dios que se hace presente en la vida de sus criaturas, que no se da de baja del ser humano. Anticipo de la imagen del buen pastor, del ser más profundo del Hijo de Dios que en su acercamiento encarnado en lo humano, actuará de tal modo que llevará todo de nuevo al corazón del Padre, como un pastor que apacienta, que toma en brazos y hace recostar

La paciencia: una pedagogía divina

Solo este amor desmedido, excesivo para la lógica humana, puede esperar siempre. “Amar es saber esperar el tiempo que sea necesario”. A nosotros solo se nos pide acrecentar la esperanza desde la confianza en la promesa y fidelidad de Dios.

En el desierto

El evangelio nos presenta a Juan, el último de los profetas que enlaza el NT con la tradición profética más veraz del pueblo de la alianza. Juan es aquél a quien san Agustín considera voz de la Palabra. No somos la Palabra sino la voz, el instrumento, el lapicerito en las manos de Dios, como decía la Madre Teresa de Calcuta. Voz con que Él puede hacer oír su Palabra en el corazón de la humanidad.

Juan es profeta del y en el desierto. Este hecho marca unos distintivos que nos pueden ser de utilidad, ya que implica actitudes fundamentales en nuestro modo de ser y hacer como discípulos de Cristo:

  • Que Juan sea profeta del desierto implica que huye de las masas, huye de las modas, de lo políticamente correcto, en definitiva, huye de ese perverso arte de querer contentar a todos, aunque sea a costa de vivir un sucedáneo de Evangelio.
  • Que Juan sea profeta del desierto y que predique en el desierto, es, en sí mismo, un acto de amor extremo a y por la verdad. Decirla en medio la nada porque la verdad en sí misma tiene el valor del todo.

Que Juan sea profeta del desierto y que predique en el desierto refiere a decir las cosas limpias de todo ruido, interés o distracción colateral. La verdad va emparejada a la nitidez, a la belleza en lo que se dice y en cómo se dice.


Fray Ismael González Rojas.
Convento de Ntra. Sra. de Atocha (Madrid)

www.dominicos.org/predicacion

Mercadillo de Navidad

Llevamos unos cuantos años organizando desde la Parroquia el mercadillo solidario de Navidad.

Este año, pese a la situación de Pandemia, no queremos renunciar a esta actividad que permite apoyar a los más desfavorecidos a través del dinero recaudado, ayudando además a sensibilizar y visibilizar la situación de dificultad que nos rodea y que muchas familias en la cercanía de nuestra parroquia padecen.

También a través del mercadillo damos cabida a la labor que hacen las monjas de Clausura con sus productos (dulces, calendarios,…), proyectos apoyados desde Cáritas  parroquial como el  piso de migrantes Balimayá o algún centro de día de Caritas con el que colaboramos dando salida a sus artesanías. También podréis encontrar manualidades realizadas por familias y gente de la Parroquia.

Tendremos el mercadillo los días 13 y 20 de diciembre, Domingo, desde el inicio de las misas hasta finalizar el día. Necesitamos vuestra colaboración.

Este año para garantizar la seguridad de todos, lo montaremos en el atrio de la Basílica, en las escalinatas. Tendremos acceso desde la salida del templo y también desde la calle. Animad a vuestros vecinos y amigos.

Ponemos a vuestra disposición un catálogo al que podréis acceder para ver previamente los productos si lo deseáis tanto en digital como en papel. De este modo favorecemos evitar colas en los puestos. Basta con escanear este código QR ====>

Recordad: domingos 13 y 20 de Diciembre durante todo el horario de misas mañana y tarde.

¡Os esperamos! ¡Gracias!

XIX Campaña de juguetes

El horario pasa a ser:

Sábados: 19:30-20:30

Domingos: 10:30-13:30 y 17:30-20:30

Siempre por Julián Gayarre

Celebración Comunitaria de la penitencia

Se celebrará el próximo día 18 de diciembre, viernes,
a las 20:00 horas, en la Basílica, respetando el aforo.