Segundo Domingo Adviento 2023
9 de diciembre de 2023
Como está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; voz del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”»
SALMO RESPONSORIAL:
MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA
Y DANOS TU SALVACIÓN
Comentario a la Palabra
El domingo anterior, el primero del Adviento, se nos invitó a estar alerta ante la venida del Señor, en continua vigilancia. Hoy, en el segundo domingo de Adviento, se nos pide que seamos pacientes y nos preparemos bien para dicha venida. Tiene todo su sentido, porque no hay más que salir de casa para ver cómo las calles y las tiendas llevan varias semanas ya adornadas con luces y motivos navideños. Nos dicen continuamente que ya es Navidad, para que gastemos nuestro dinero disfrutando ahora de estas fiestas.
¿Pero qué Navidad nos anuncian los centros comerciales? Pues una Navidad vacía y superficial en la que se nos ofrecen comidas, bebidas, regalos y fiestas que poco o nada tienen que ver con la venida del Señor. Todo está pensado para complacer al yo caprichoso que todos llevamos dentro y que tanto disfruta dejándose llevar por la frivolidad y la disipación. Es cierto que es bueno disfrutar de la fiesta, pero en su justa medida y en el momento oportuno. Y el Adviento no es tiempo de fiesta, sino de preparación para celebrar el nacimiento del Señor.
Los sociólogos llevan años indicando que la sociedad ha convertido la Navidad en una gran fiesta pagana, tal y como era en su origen, en tiempos del Imperio Romano, antes de que la Iglesia la cristianizase y la llenase de sentido. En efecto, desde la televisión y los escaparates de la calle se nos anima insistentemente a paganizar la Navidad. Sin embargo, sabemos que ésta es una de las fiestas cristianas más importantes y, sin lugar a dudas, la más entrañable.
Por eso las lecturas que acabamos de escuchar nos mueven a esperar la venida del Señor. En lugar de dejarnos llevar por los anuncios comerciales que nos incitan a disfrutar ahora mismo de la fiesta navideña, la Palabra de Dios nos pide que seamos pacientes y nos preparemos convenientemente para poder experimentar la verdadera Navidad, en la que celebraremos el nacimiento del Niño Jesús entre nosotros y dentro de nuestro corazón.
Efectivamente, la verdadera Navidad, la cristiana, no tiene nada de frívola y superficial, pues afecta a lo más hondo de nuestra persona y al núcleo central de nuestra familia y nuestra comunidad. Es una fiesta llena de amor, cariño y ternura. Pero para que sea así, es preciso no precipitarse celebrando por adelantado esta fiesta, sino que debemos prepararnos interiormente para que dentro de dos semanas podamos experimentar el nacimiento del Niño Jesús. Entonces la Navidad sí será una verdadera fiesta, llena de sentido, porque la disfrutaremos en lo profundo de nuestro corazón y podremos compartir esa alegría con nuestros familiares y con nuestra comunidad cristiana.
¿Y cómo debemos prepararnos para celebrar, de verdad, la Navidad? Las tres lecturas que hemos escuchado nos hablan de la purificación interior. Por eso la Iglesia nos ofrece el tiempo de Adviento, para que realicemos un profundo examen de conciencia que nos ayude a poner ante nuestra mirada y, sobre todo, ante Dios, todo aquello que no está bien en nuestro interior.
El Adviento es un tiempo de recogernos interiormente, de entrar en nuestro «desierto» interior, en ese lugar íntimo y privado donde el Espíritu Santo está presente dentro de nosotros, y dejar que Él nos ayude a descubrir aquellos aspectos de nuestra vida que debemos cambiar: nuestras envidias y rencores, nuestros deseos pecaminosos, nuestras malas costumbres y todo aquello que nos separa de Dios y de las personas, y que, en definitiva, es perjudicial para nuestra vida, pues nos encamina a la amargura y la tristeza.
Y todo ese mal que descubramos en nuestro interior, debemos confesarlo en el sacramento de la Reconciliación, para que el Espíritu Santo nos limpie y purifique. Así quedaremos plenamente consolados. De ahí que Dios, por medio de Isaías, proclame en la Eucaristía de hoy: «Consolad, consolad a mi pueblo». Y, siguiendo esa llamada, las parroquias ofrecen en el tiempo de Adviento una celebración penitencial.
Además, el examen de conciencia y el sacramento de la Reconciliación nos van a ayudar a reconocer nuestra imperfección y pequeñez, y así creceremos en humildad. Pensemos que, cuando llegue la Noche Buena, escucharemos cómo el ángel anunció el nacimiento del Señor a los humildes pastores que dormían al raso. No se lo anunció a Herodes, que disfrutaba orgullosamente de su suntuoso palacio.
En efecto, en lugar de distraernos celebrando anticipadamente la fiesta de Navidad que ahora nos ofrecen los centros comerciales y los medios de comunicación, seamos pacientes y centrémonos en lo importante: nuestra preparación para la venida del Señor. Así llegaremos a la verdadera Navidad con un corazón purificado y humilde, y no como el orgulloso Herodes, que no sólo no experimentó el nacimiento del Señor, sino que hizo todo lo posible para matarlo. Porque pocas cosas hay más amargas que, al llegar el 25 de diciembre, ver cómo los demás experimentan alegremente la Navidad, mientras nosotros tenemos el corazón triste y apagado, porque no sentimos el amor del Hijo de Dios.
En conclusión, no nos adelantemos, seamos pacientes. Preparémonos interiormente para experimentar el nacimiento del Señor. De este modo, cuando celebremos la Navidad, haremos realidad lo que hemos orado al proclamar el salmo: experimentaremos la paz y la justicia, la misericordia y la fidelidad, la salvación y la gloria del Hijo de Dios, pues Él nacerá en nuestro humilde y limpio corazón.
¿Estoy dispuesto a esperar pacientemente a que llegue la auténtica Navidad? ¿Voy a prepararme interiormente para experimentar el nacimiento del Niño Jesús en mi corazón, junto a mi familia y mi comunidad? ¿Soy consciente de que lo más importante de la Navidad son el amor y la humildad?
Fr. Julián de Cos Pérez de camino, OP
Real Convento de Predicadores (Valencia)
www.dominicos.org/predicacion
Operación Kilo
El próximo domingo, día 17, tercer domingo de mes, se realizará la Operación Kilo. En este tiempo en el que estamos sufriendo el efecto de la crisis económica, es importante apoyar y ayudar a aquellas familias más desfavorecidas. Seamos generosos como lo somos siempre. En este mes de diciembre acordémonos de poner algún producto navideño. Se recogerán kilos en todas las eucaristías dominicales. Muchísimas gracias.
Fe y Luz Atocha
Querida comunidad, Jesús y Maribel, de los Palomos y padres de Lucas, quieren compartir con todos los grupos, con ilusión y alegría, una emocionante iniciativa que se llevará a cabo en nuestra parroquia. El 3 de diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Diversidad Funcional o con Discapacidad. Un día para recordarnos que somos todos diferentes pero con los mismos derechos. Y qué mejor que este día para presentar este nuevo proyecto que tocará nuestros corazones y nuestra fe: Los Encuentros mensuales de Fe y Luz en la parroquia Nuestra Señora de Atocha
La comunidad de Fe y Luz son comunidades cristianas de encuentro en las que se reúnen personas con discapacidad intelectual, sus familiares y amigos para compartir la fe, la amistad y celebrar la vida. Es un movimiento que surgió hace más de 60 años y que actualmente cuenta con más de 1.600 comunidades en 79 países de los cinco continentes. El deseo de las comunidades de Fe y Luz, es ayudar a las personas con discapacidad intelectual a encontrar un lugar en el seno de la iglesia y la sociedad.
Nos reuniremos el segundo domingo de cada mes, de 17 a 19 horas en la sala 3 de los locales en el claustro de la Basílica. La primera reunión será el segundo domingo de enero, el 14 de enero de 2024. En las reuniones compartiremos vida con celebraciones adaptadas, actividades para vivir y expresar nuestra fe y todas las reuniones tendrán un momento muy especial para compartir con una merendola.
Si tienen algún familiar con discapacidad intelectual o conocéis alguna familia del barrio, os recordamos que el primer encuentro será el 14 de enero a las 17 horas. Para participar se puede contactar con nuestra familia a el teléfono de Jesús 656-623-100 o escribiendo a la cuenta de correo feyluzatocha@gmail.com. También encontraréis la información en los carteles que hemos colocado en la parroquia con la convocatoria. Agradecemos vuestro apoyo y esperamos contar con la presencia de familias en esta hermosa iniciativa que celebra la diversidad y la fe.