Presentación del Señor 2025
2 de febrero de 2025
Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
SALMO RESPONSORIAL:
EL SEÑOR, DIOS DEL UNIVERSO, ÉL ES EL REY DE LA GLORIA
Comentario a la Palabra
“Entrará el Señor a quien buscáis, el mensajero que vosotros deseáis” “¿Quién es ese rey de la gloria? El es el Rey de la gloria” “Tenía que parecerse en todo a sus hermanos” “Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del Niño” (Cfr. Lecturas de hoy)
Esta puede ser en síntesis el mensaje de la Palabra de Dios para nosotros cristianos del siglo XXI que nos toca ser testigos de esta verdad que creemos en un mundo que nos rodea de cierta oscuridad. Ante la gran situación de increencia, y lo que es peor, ante la vivencia de un cristianismo rutinario y sin compromiso, necesitamos de mensajeros que nos ayuden a un verdadero encuentro con el Señor que se nos manifiesta “parecido en todo a sus hermanos”
Necesitamos, en verdad, evangelizadores que anuncien “con nuevo vigor” la Buena Noticia que hemos recibido y que tiene que manifestarse en nuestra vida comprometida con una apertura de corazón a Dios que ha venido a salvarnos. Esto nos ayudara a tener también un corazón abierto para acoger a nuestros hermanos, y juntos ir construyendo una nueva fraternidad universal, es decir el Reino según quiere el Señor.
En el Evangelio hemos escuchado cómo se nos hace sencilla esa venida. José y María, como buena familia de creyentes y cumplidores de La Ley, cumplen con lo mandado. Así es como entra en el Templo “a quien vosotros buscáis, el mensajero de la Alianza que vosotros deseáis”
Los ancianos Simeón y Ana lo descubren y se les manifiesta en el Templo. Simeón vive con la serenidad madura de los años este encuentro y le hace exclamar: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.
Dios ha encendido en el experimentado Simeón una luz que le hace vivir con esperanza e ilusión poder conocer a Jesús. Él sabe, por la experiencia vivida, que con la venida del Mesías esperado todo va a cambiar. Sería deseable que nosotros tuviéramos estos sentimientos profundos de Simeón. Estamos en este año Jubilar donde la “esperanza, que no defrauda, es nuestro camino”.
Para dar a conocer a este Jesús, Mesías esperado, que muchos no conocen, necesitamos en primer lugar, tener la experiencia profunda de quien es Jesús para mi vida y cómo influye en ella. Desde esa experiencia personal podre ser “luz”.
Tal vez, de esta idea, la piedad popular inició la tradición de encender las candelas como “luz para alumbrar a las naciones”. Por eso este simbolismo le hemos de dar todo el significado que tiene. Ser primero compromiso personal de llenarnos nosotros de la luz del Evangelio para, después, poderla trasmitir a los demás.
Que la mesa de la Eucaristía nos ayude a tener esta experiencia profunda de Jesús, nuestro Mesías, y luego ayudados también por nuestra Madre María, podamos ser verdaderos evangelizadores para los que no creen o están adormilados en su fe. Que la cercanía, la compasión, la fidelidad, el perdón de los pecados, sean una ayuda para construir fraternidad, que es el inicio del Reino aquí y ahora. También nos ayudará a “caminar en esperanza” tal como se nos pide en este Año Jubilar.
Fray Manuel Gutiérrez Bandera O.P.
Virgen del Camino (León)
www.dominicos.org/predicacion
Prosperidad para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad
En el tercer año del quinquenio con el que Manos Unidas quiere trabajar por el reto de la dignidad desde los ODS, reflexionaremos sobre la necesidad de poner la riqueza mundial al servicio de la humanidad.
Si miramos la realidad nos damos cuenta de que la desigualdad y la cultura del descarte son características. Según datos de Naciones Unidas, 700 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza y más de 783 millones de personas pasan hambre en el mundo.
Es imperativo que la prosperidad llegue a todas las personas, sin dejar a nadie al margen. Por eso, en 2025 proponemos «compartir la prosperidad para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad».
Si queremos promover la prosperidad compartida, creando condiciones para que esos derechos sean posibles, de manera especial para quienes sufren exclusión, necesitamos un camino hacia una economía al servicio de las personas. Esa alternativa es la que el papa Francisco nos propone y a la que ha llamado la «Economía de Francisco», inspirada en la vida de san Francisco de Asís.
Y si hay un lugar donde esta economía es más necesaria es sin duda en el Sur global, donde Manos Unidas acompaña a las comunidades y apoya los proyectos vitales de las personas más vulnerables del planeta. Manos Unidas lleva más de 66 años trabajando para que cada persona y cada comunidad tenga una vida próspera.
Deseamos «una prosperidad desde abajo» para que ningún ser humano sea excluido del «banquete de la vida al que todos los hombres son igualmente invitados por Dios».
Manos unidas: Campaña contra el hambre
Manos Unidas, este año bajo el lema: ‘Compartir es nuestra mayor riqueza’, nos invita a decir SÍ a un mundo libre de hambre, pobreza y desigualdad
Desde el Grupo Atochar Muévete, queremos de nuevo acercar la labor que Manos Unidas desarrolla en favor de los más necesitados, y recordar el compromiso de todos en defensa de los más desfavorecidos de la tierra.
Por ello os invitamos a participar en la Cena Solidaria, que, con motivo del Día del Ayuno Voluntario, tendrá lugar el viernes 7 de febrero en los locales de la Parroquia, Avda. Ciudad de Barcelona, nº1, a las 20h30.
Manos Unidas es la asociación de la Iglesia Católica en España para la ayuda y promoción de los países en vías de desarrollo.
Con esta cena simbólica, queremos reforzar, apoyar y dar visibilidad a la labor que desarrolla esta ONG católica a través de la Campaña contra el Hambre.
Apoyaremos también desde la parroquia con la colecta que el domingo 9 de febrero llevaremos a cabo en las misas. La recaudación irá, como en ocasiones anteriores, destinada al proyecto de Manos Unidas que desde la Vicaría apoyamos y que se centra este año en un programa de construcción de Jardín de Infancia para acceso a la educación de calidad en Benatsemay, Etiopía.
OS ESPERAMOS. Viernes 7 de febrero, 20h30 en los locales entrada por Avda. Ciudad de Barcelona.