Jesucristo, Rey del Universo 2024
22 de noviembre de 2024
Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
SALMO RESPONSORIAL:
EL SEÑOR REINA, VESTIDO DE MAJESTAD
Comentario a la Palabra
1. En la primera lectura el profeta Daniel apunta ya el talante o estilo de la realeza que celebramos en Jesucristo, El profeta se refiere primero a cuatro grandes imperios con el símbolo de bestias que siembran esclavitud y muerte. En ese contexto aparece otra figura que viene del cielo como un hijo de hombre. Es la nueva humanidad suscitada por el Espíritu, servidora y solidaria de todos desde el amor. Con su nuevo estilo esa humanidad abre “un imperio eterno”.
Posiblemente el único título que Jesús de Nazaret se dio a sí mismo, fue “Hijo del hombre” que seducido por el amor del “Abba”, tiene que ir a Jerusalén y sufrir la muerte injusta, confiando en que el Padre abandona en la muerte. El Hijo del hombre actúa ejerciendo su poder desde el amor sellado con su muerte. Es el estilo de conducta que propone a sus seguidores.
2. La segunda lectura es de Apocalipsis. Un libro profético para animar a la Iglesia que ha sido echada fue de la sinagoga judía y sufre la persecución en el imperio romano. Propone a los cristianos el camino recorrido por Jesucristo. Testigo fiel, primogénito de los creyentes, se abrió totalmente a la Presencia de amor que es el “Abba”. Príncipe de los reyes de la tierra: con su forma de vivir y morir por amor a los demás manifiesta el camino para todos: el poder solo humaniza como ejercicio del amor que sirve.
“Un reino de sacerdotes”. Jesús no fue sacerdote ofreciendo sacrificios rituales en el templo de Jerusalén, sino curando enfermos, incluyendo a los incluidos y combatiendo los demonios que dividen y tiran a las personas por los suelos, siendo totalmente para los demás. Jesucristo vencedor de la muerte sigue siendo luz y camino para todas las naciones
3. El evangelista San Juan en ese apretado texto que hoy leemos ofrece catequesis muy rica y profunda. Cabe acentuar algunos temas de fondo.
Los discípulos han dejado a Jesús solo ante los poderosos que le van a juzgar y condenar. El evangelista dice que Pedro “le seguía de lejos”. Actualizar en la propia vida la realeza de Jesús se llama espiritualidad cristiana. Una tarea que es nueva cada día, en lo cotidiano que no se repite. Suponiendo que nos inspire su mística de amor, nos invita a tomar “nuestra cruz”. Dar sentido a escollos y sufrimientos que nos salen al camino. Siempre conscientes de que la cruz y el sufrimiento salvan. Lo que salva de verdad es el amor que dan sentido a la cruz y al sufrimiento.
Lógicamente verdad es lo opuesto a mentira. En su intervención pública como profeta itinerante una y otra vez Jesús denuncia la mentira de religiosos hipócritas que dicen una cosa y hacen; que acusan a Jesús ante el gobernador romano pero no entran en la sala de juicio para no contaminarse. Y el gobernador romano ve que no hay motivo para condenar a Jesús, pero para crearse problemas acepta también la mentira.
"Mi reino no es de este mundo”. Cuidado con la traducción. Porque el “reino de Dios”, o una sociedad fraterna, ya tiene lugar en este mundo, aunque todavía de modo imperfecto y en espera de una plenitud sin sombras. Ese reino ya está aquí como la levadura en la masa, fermentando a la humanidad para que sea más solidaria. No funciona con la lógica del poder, sino con la lógica de la gratuidad o del amor que sirve sin esperar nada a cambio.
Es un reino que lejos de negar sin más la existencia de las autoridades o pode-res necesarios en la organización social, los sana del individualismo y los legitima como mediación del amor. “En Jesucristo”, la Iglesia, todavía en proceso de conversión al Evangelio, es signo visible y creíble de la única vocación para toda la humanidad. Eso significa celebrar la fiesta de Jesucristo rey del universo, cuando ansiamos la justicia y la paz pero sufrimos la injusticia, las guerras y desgracias que nos dejan sin palabras.
Oración a Cristo
Oh Cristo, único mediador nuestro:
Te necesitamos para entrar en comunión con Dios Padre; para llegar a ser hijos adoptivos suyos contigo que eres su Hijo único y Señor nuestro; para ser regenerados en el Espíritu Santo.
Te necesitamos, oh único y auténtico maestro de las verdades recónditas e indispensables de la vida, para conocer nuestro ser y nuestro destino, así como el camino para alcanzarlo.
Te necesitamos, oh Redentor nuestro, para descubrir nuestra miseria y remediarla; para tener el concepto del bien y del mal, y la esperanza de la santidad; para deplorar nuestros pecados y obtener el perdón.
Te necesitamos, oh hermano primogénito del género humano, para volver a encontrar las razones verdaderas de la fraternidad entre los hombres, los fundamentos de la justicia, los tesoros de la caridad y el sumo bien de la paz.
Te necesitamos, oh gran paciente de nuestros dolores, para conocer el significado del sufrimiento y para darle valor de expiación y de redención.
Te necesitamos, oh vencedor de la muerte, para librarnos de la desesperación y de la negación, y para tener certezas que no fallen jamás.
Te necesitamos, oh Cristo Señor, Dios-con-nosotros, para aprender el amor verdadero y caminar con el gozo y la fuerza de tu caridad a lo largo del camino de nuestra vida fatigosa, hasta el encuentro final contigo, amado, esperado, bendito por los siglos.
Hermanamiento familias Nochebuena
Un año más os invitamos a participar en el hermanamiento de familias para la cena de Nochebuena. La idea es ayudar a más de cien familias del barrio y de la Vicaría acompañadas por Cáritas no se sientan solas en una noche tan especial como es la Nochebuena. No se trata solo de una ayuda material, sino también de tener algún detalle especial como una carta dirigida a los miembros de esa familia, unos detalles con los que puedan decorar la mesa, algunos dibujos realizados por los niños para los niños de la otra familia…
Aquellas familias o personas que quieran colaborar, pueden apuntarse en el formulario que encontrarán en la página web de la parroquia o escaneando el código QR.