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Basílica - Parroquia
Nuestra Señora de Atocha

Documento


III Domingo TO 2022

21 de enero de 2022

 

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado
a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor»

 

SALMO RESPONSORIAL:

TUS PALABRAS, SEÑOR, SON ESPÍRITU Y VIDA.

 

Comentario a la palabra

Situación para acoger hoy y siempre la Palabra: ¡La Comunidad!

¿Desde dónde y con quién acoger, celebrar y fortalecer hoy nuestra fe? La Plaza del templo de Jerusalén, con el pueblo, y la Sinagoga de Nazaret con Jesús y sus paisanos, se convierte en un marco excelente para renovar la Alianza y la fe. Presidiendo la celebración está el Libro de la Ley. Todo el pueblo estaba atento al libro de la Ley. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza. Hoy es un día consagrado a nuestro Dios (Ne 8,2-4. 5-6. 8-10). Jesús empieza también su ministerio en una Asamblea popular, en la sinagoga de Nazaret. Pide el Libro sagrado y hace la lectura comprendiendo, explicando, y presentándose a sí mismo con estas palabras: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido, me ha enviado para anunciar la buena noticia a los pobres, a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y todos lo alababan (Lc 4,14-21). En ambos casos, la Palabra de Dios es un elemento constitutivo de la Asamblea y de la Fiesta, invitándonos a valorar la Comunidad, como sacramento y lugar en que lo encontramos a Él.

 

Por otra parte, en la Liturgia de hoy, se presenta el Proyecto de Jesús al iniciar su vida pública, diciéndonos quien es y a lo que vino. Él es, no sólo el que predica el Evangelio, sino el contenido de ese mismo Evangelio. Él es la verdadera Palabra de Dios, que, con su Vida y su Misión, trae alegría y salvación a todos. Este Proyecto va ser el núcleo del mensaje que inicia en Galilea y se desplegará a lo largo de toda su vida pública, invitando a tenerlo en cuenta para cuantos siguen sus pasos. Este programa está muy lejos de ser una mera exposición de la Ley. Es un anuncio nuevo, para un tiempo nuevo, de gracia del Señor, fundado en el Amor.

 

Hoy se cumple esta Escritura: ¡Jesús es la Palabra viva de Dios!
Lucas presenta el Plan y Proyecto de Vida de Jesús de esta manera: Anunciar la Buena Nueva a los pobres, traer Libertad, Luz y Gracia. Un programa, que, aunque no ha sido siempre el de los cristianos, el hoy de Jesús, lo convierte en una llamada para que así sea. Si seguimos este programa, nos sentiremos llamados a poner en el mundo lo que El trajo. La Vida y Misión de Jesús, se tiene que ver en la vida y misión del cristiano: La Vida. El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Jesús se siente invadido por el Espíritu de Dios, impregnado por su fuerza. Cristo es el Ungido. Y los cristianos también. Es una contradicción llamarse cristiano y vivir sin ese Espíritu de Jesús. La Misión. Me ha enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres, a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista. Jesús se siente enviado y envía a los doce a sanar enfermos, con una palabra de Verdad, un gesto de Paz y de Perdón.


¿En quién y para qué llega esta Palabra, como Vida y Misión? En todo el Cuerpo de Cristo. San Pablo nos lo recuerda hoy en su carta a los Corintios, somos miembros del Cuerpo de Cristo, Sacramento de Salvación en medio del mundo. Cada uno con su carisma, todos alentados por un mismo Espíritu, realizamos el hoy de Cristo. Al cristiano, ungido por el Espíritu, se le encuentra, como a Jesús, junto a los desvalidos de este mundo. La opción por los pobres no es un invento de unos teólogos, ni una moda del Vaticano II. Es la opción del Espíritu que anima la vida entera de Jesús y que sus seguidores hemos de introducir en la historia. Es un deber de la Iglesia ayudar a que nazca la liberación y hacer que sea total (Pablo VI).


Tus palabras, Señor, son espíritu y vida (Sal 18).
Todos los hombres y mujeres estaban atentos y lloraban al escuchar la Palabra y sentir la responsabilidad de ser el pueblo escogido por Dios. Pero Esdras les anima para que lo reciban con gozo y alegría. Su enseñanza mantenía la maldición. Jesús, sin embargo, habla de gracia salvadora.


Tenemos que reconocer, para concluir, que el testimonio de los cristianos también son evangelio. No basta anunciar, hay que realizar lo anunciado, como Jesús. Si no, ¿para qué somos portadores del Espíritu?
Y para mejor hacerlo, nos revisamos en oración con este interrogante: ¿Qué alcance tiene hoy en nuestra vida de fe la Palabra de Dios, la Comunidad y los Pobres y excluidos?

 

Fray José Antonio Segovia O.P.
Real Convento de Santo Domingo de Scala Coeli

www.dominicos.org/predicacion

 

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos «Hemos visto brillar su estrella y venimos a adorarlo»

Con el comienzo del nuevo año la tradicional Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos nos vuelve a interpelar, poniendo como un espejo ante nuestra vista la falta de unidad que nos aqueja, restando así significado a nuestra presencia en el mundo. El avance de la descristianización de Europa inquieta la conciencia de las Iglesias y Comunidades eclesiales, preocupadas por la pérdida de identidad cristiana del Occidente, cuya cultura y comprensión de la vida, del origen y destino del ser humano no podría entenderse sin la referencia de su propia historia al Evangelio.

 

La propuesta como lema y motivo de oración para este año de las palabras de los Magos preguntando por el nacimiento del rey de los judíos, viene a dar al Octavario una motivación que nos devuelve a la razón de ser de la Iglesia: anunciar el mensaje de salvación universal que el Resucitado confío a los apóstoles: «Id, pues, y haced discípulos a los habitantes de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado». Nuestras dificultades para mantener la unidad visible de la Iglesia no pueden hacernos olvidar la urgencia del mandato de Cristo, porque la salvación es el destino universal de todos los seres humanos; y para que la salvación alcance a todos es preciso darles a conocer la verdad que se le ha confiado a la Iglesia. Esta verdad de vida eterna está contenida en las breves fórmulas del anuncio apostólico o kerigma, que san Pablo recapitula diciendo «que Cristo murió por nuestros pecados conforme a lo anunciado en las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día conforme a esas mismas Escrituras». En esta formulación del anuncio evangélico está contenida la síntesis del Misterio pascual, revelado por Dios y entregado a los apóstoles para su anuncio universal, como aclara también san Pablo en la Carta a los Efesios, al exponer como contenido de este misterio el plan de salvación de Dios: «Se trata del plan que Dios tuvo escondido para las generaciones pasadas, y que ahora, en cambio, ha revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas»...

 

Material extraído del Mensaje de los Obispos para estas jornadas

https://www.conferenciaepiscopal.es/semana-oracion-unidad-de-los-cristianos-2022/